El monstruo que me sigue
tiene el modelo de mi cuerpo,
una espalda inmensa e inclinada
y una quijada que por cábala
se esconde en una barba amplia.
Es negro y huye cuando huyo…
como un demente si es que estoy demente,
como un gusano si es que me escondo.
A veces tiene figura de pirómano
y los ojos se le encienden como un condenado;
a veces se acrecienta contra el poniente
y empieza a destrozar y apoderarse de todo.
El monstruo que me sigue siempre,
no entiende de soledades necesarias,
no me deja ni en mis abandonos,
ni en mis momentos más crucialescuando toco y toco con el tacto y me alboroto.
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4 comentarios:
Blogger Mile dijo...
Bien, aquí estoy, asomándome por las hendijas, buscando tus versos.
Adónde vayas estaré, siempre cosa esa sombra que no te deja estar solo con tus manos...
Luis, es un enorme placer poder estar entre tus letras...
Mi cariño infinito y el más absoluto y franco de los besos
26 de enero de 2008 9:14
Luis
Yo quiero que me siga un monstruo igual...¡Me aburrí de los angeles!
Besos (También para él)
Alitas
Una vez escribí un poema a mi sombra... hoy me asombra pensar en él, después de leerte, como poema.
Si permanezco cerca de ti, ya lo sabes, es porque permanezco cerca de una fuente de aprendizaje...
Quererte no es pago suficiente para lo que me brindas sin medida y sin pedir a cambio nada... pero igual no puedo dejar de hacerlo.
Besos.
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