domingo, 16 de diciembre de 2007

Lucía.




En realidad se llama Lucía, pero todos la llama Neyra. Sus ojos son raros, como los de un pez y su boca gruesa, tan original y también todos la conocen como… ajá así la conocen, a principio casi nunca había hablado con ella, pero cada vez que pasaba escuchaba rumores o comentarios que daban –ya se imaginarán qué rumores y comentarios me refiero- la Neyra para mi que era de esas chiquillas que tomaron todo a la loca y jamás se frenaron hasta volcarse en el vicio y naufragar en él, mutar en pez y hacerse experta en esas aguas. Cierta fecha la miraba pasear de mesa en mesa y cada vez más borracha, ese miércoles se acerco a la mesa y fue el primer día que hablamos, qué hora tienes amigo?, no tengo reloj, se sienta a mi lado le ofrezco una copa, me quieres emborrachar, no para nada si quieres lo vaceo’ un poquito, no ay noma’, cómo te llamas?, Neyra y tú?, Juancarlos, desde ahora te diré Juanca, esta bien?; claro… el que está en ellá se llama Ivan; hola Ivan, el de allá se llama Ismael, hola Ismael, espérame un ratito que ya regreso. Pero no regresó, mis amigos me dijeron que desde cuando me hablaba con la Piruja –así también la llamaban- Ismael dijo que su jato(casa) estaba vacía y sería bueno terminar la salida allí, con compañía. La esperamos como una hora hasta que la vimos embarcarse con un pata de greñas grandes.

Las otras veces que nos cruzamos ni fijaba sus ojos de pez a la mesa, de rato en rato se iba al baño a arreglarse las pestañas y todo eso. ¿Cuánta gente puede conocer uno?, a veces digo que si me dedicaría a hacer amigos talvez me recuerde de todos, porque tener tantos como ver las estrellas en junio. Otra fecha la vi con sus amigas, regresaba de la clases de sociedad -qué huevada de curso- una de ellas era la que más negro llevaba, me gusto su facha y su juventud, no le echaba ni diecisiete, la Neyra estaba con una faldita rasgada, otra de ellas calzaba tacones y más pintaojo. Lo que más me sorprendía era su sonrisa, parecía natural y sencilla, no hubo día que la vi triste, sólo cuando caminaba sola, por que si lo hubiese estado allí parecería una loca –así también la llamaban- Cuando la miraba con sus amigas hacía; del bar, una fiesta, no dejaba de llegarles piropos o tragos cuando se paseaban de mesa en mesa. Carlos, otro amigo logró un día jalarse a la chiquilla, dice que se llama Karola, como cada una de ellas tiene un nombre de batalla no se sabe qué creer, llegaron a estar, porque les vi salir algunas veces con ella y otras salimos en grupo y allí fue la siguiente que nos hablamos, hola Juanca, Hola Neyra, me recordaste, pues claro qué me crees, estás bonita-la vi fijo a los ojos-, creo que se avergonzó ya que me sonrió y trato de evadirme luego, te molestó lo que te dije?, no cómo crees, aya… pensé que sí, no para nada, ajá y dime Neyra qué festejan hoy, a ver… mi cumpleaños, se echa a reír, no me digas que es verdad, imagínate y no me trajiste ni un regalito, qué tonto que soy es que no sabía nada, así son, así son; mira hagamos un trato, qué te parece si mañana te llevo a cenar, y eso por qué, por que no puedo darte un regalo hoy, mañana hagamos que la cena sea lo del regalo, ella me mira fijamente y me dice, y dónde comeremos, pues eso le preguntaremos al bolsillo en su respectivo momento, y si no lo recuerdo? eso es otro problema fácil de solucionar, en un hojita te anoto el lugar y la ahora y mi nombre, así me recuerdas, está bien?, está bien. Escribí en una pequeña hoja el lugar y la hora de lo acordado: Iglesia de San Narciso, 6.00 pm. Ese día llovió suave y nubló de gris todo. La vi llegar con tres minutos de retrazo, primero la invité a entrar a la iglesia, para reconciliarnos con Dios, jajaja… Era muy inquieta y eso llamaba la atención a todos, luego la llevé a un lugar de clase media, hablamos, nos contamos nuestras cosas, hubo un momento en que la conversación había perdido el juicio, porque empezamos a hablar de las algas marinas y los polizontes de los barcos en la época de la conquista. Luego la llevé a su casa, quedaba muy lejos, tenía una puerta metálica donde se oxidaba en algunos lugares, por el uso y la humedad de los noviembres, el material de concreto era de un piso, en ella enseña un pequeño cuarto, ¡aquí vivo!,…, nos despedimos después de una pequeña conversación; no le pedí para volver a salir -creo que esperaba eso-. Nos volvimos a ver en el bar de siempre, aquel día salimos con unas amigas de clases e Ismael. Sólo nos saludamos, ella sonrió y siguió en su mesa.

Cuando Carlos termino con Karola, me contó que ese grupo es una cagad… y meterse con alguien es como tener una cita con la muerte.

Tuve que viajar a hacer prácticas, tarde cuatro meses, al regresar la vi nuevamente, esta vez, al verme se me acerco directamente y me dijo, Hola Juanca, hace mucho que no te dejas ver, estaba de viaje, así, entonces será para festejar, sí, como tu santo pero esta vez invitas tú –nos echamos a reir- claro, pero te invito otro día, está bien no te preocupes, no piensas invitarme nada hoy, qué tonto, vamos y sentémonos allá,… . Aquella noche estaba más feliz que nunca, hubo un rato que la llamaron en la otra mesa, la vi discutir con un pata, ella le tiro el trago, en un principio pensé que se armaba una pelea a la cual estaba invitado sin serlo, luego vino y seguimos hablado. Pasado un rato la lleve a su casa. Después de dos días tuve que viajar nuevamente por las prácticas, esta vez fueron por seis meses, al regresar, la vi, estaba flaca pero muy pintada y arreglada, como siempre, cuando llegué ya todos estaban mareados, me vio, apenas podía pararse, actuó como si no me conociera, se sentó en la barra, al lado mío, prendió un cigarrillo, echó dos buchacadas, me vio como si no me viera, hola Neyra, hola Juancarlos, te vez bonita, me sonríe, te recuerdas que te debo un regalo?, sí y ahora será el doble, por que volví a viajar y estoy de regreso. Baja de su banca, se acerca a mi oído mientras me tomaba de las manos dijo, soy tu regalo, hubo un silencio que ella misma se encargó en romper, qué… no piensas invitarme a sentar, disculpa vamos a esas bancas Lucia, …

Nunca me habías llamado Lucía, tú nunca me habías llamado Juancarlos, ¿desde qué hora estás?, desde hace tato y tú?, acabo de llegar, pensé no encontrar a Nadie, pues estoy aquí, sí y eso me alegra, nuevamente sonrió, y…. A veces creo que sí existen los esotéricos de amor, esa gente dura o incrédula, no sé ni nunca hubo tema que pueda causar controversia en la vida, como estas, tan triviales, como haberla visto tan natural como yo en ese momento, dos hombres sin nada que ocultarse, sólo expresarse con ayuda. La Observe como si quisiera volver a conocerla, me vio con esos sus ojos agudos y supuestamente fríos, la vi tanto que me preguntó algo incómoda que por qué la veo tanto, es que estás bonita, sólo pude contestar eso, ¡¿acaso sólo te fijas de la belleza?!, eres un invesil entonces, como todos, allí fue que la empecé a conocer, me quedé tan callado que creo que pensó que me molestó su tesis; se sirvió ella misma otro vaso, no es por eso Lucía, lo que pasa es que primero te conocí por tu belleza, por eso siempre te lo digo no oculto nada, me vio nuevamente mientras tomaba su copa lentamente, elevó su mano, empuño, elevó el dedo y se fue. No la detuve, la vi acomodarse en otra mesa, me puse de pie, entré un momento al baño tratando de analizar mis palabras, salí directamente a la puerta.

Otro día, estaba con Paco e Ismael en el parque, fumábamos un poco, allí paso Lucía con su grupo. Logré percatarme que la sonrisa de Lucia se cortó en un instante, paso sería, mientras sus amigas echaban miradas. En ese preciso instante llegaba Carlos no sé si en ese momento miraban al grupo o a carlos-, y qué les pico a esas, para que cambien de cara, no sé, talvez es por que le rompiste el corazón a karola, jajaja, lo dudo mucho… dime qué dice la Fio’, no dice nada, no me la encuentro desde que llegamos, ah, bueno le dices que la estoy buscando, … También había decidido acudir a otro bar, no estaba avergonzado con Lucía, ni nos debíamos nada, siempre tengo esa costumbre de dejar pasar las cosas y que sucedan por si solas. Estaba saliendo con Mirta, una de las amigas de Fiorela, parecíamos más que amigos por que me tomaba del brazo o nos quedábamos por horas, fumando un poco en algunas gradas o en algún parque donde nos llevaba la caminata. También nos quedábamos el la biblioteca…en fin. Un Jueves, había amanecido con el cielo sin nubes, estaba echado sobre el gras y debajo de un árbol, en la universidad, esperando la clase de las cuatro, entonces aparece Ismael, qué haces tú aquí, nada, esperando y tú, pues te vi y decidí hacer hora con tigo, ajá… entonces hazla, ayer estábamos con Carlos y Paco, y dónde estaban, donde siempre pues, aya y qué tal estaba?, Carlos volvió a jalarse a Karola y Paco a su amiga, ¿quién su amiga?, a Neyra pues, aya y tú?, a Gimena, esa hermbra esta bue… .Escuchaba y charlaba con Ismael un poco indiferente a la conversación. Me sorprendió mi enojo en ese momento, estuve pensando toda la tarde, hasta que me forcé ir al bar en la noche. La buscaba sin quererlo, no la encontré, estuve esperando un rato, hasta que vino Paco, y tú qué haces acá, pues tomando esta jarra, entonces te acompaño, ajá… y a qué viniste, pues me veré con Ismael y Carlos más. Aya… entonces habrá motivo para quedarme, ¡claro!, … Supuse que estaría Lucía con sus amiga por que era una junta los muy amigos. Luego vino Ismael, a los diez minutos Carlos con Karola y esta con sus amigas. Carlos fue el quien nos presentó a todas: Karola, Gimena, Neyra, Beatriz, Isabel. Al verme Neyra agrando sus ojos de pez al verme, nos sentamos sobre unas sillas y bancas -tratando de rodear una mesa- pidieron los tragos y empezó la fiesta.

Eran eso de las diez, ya habíamos bebido regular, hacía en momentos charla con Isabel, era como de uno sesenta, flaca, cabello crecido y suelto. Al otro lado estaba Ismael, al lado de él Gimena, luego Paco, con Meyra, al lado de ella estaba Carlos junto a Karola, luego Beatriz, yo e Isabel. Ismael trataba de divertir a las dos chicas, por mi parte hacía poco esfuerzo para mostrar diversión, de vez en cuado Neyra o yo o nos mirábamos, serios como unos desconocidos. La gente improvisaba a Boulevard Of Broken Dreams, incluso en el grupo, se había formado una pequeña humareda por los cigarrillos, el olor, adrenalina que salía de cada grupo, las horas interminables y las historias que se sueltan, las cucarachas que pasean en los cuadros, -son momentos tan triviales pero tan nuevos-… es buen grupo, sí, pero me agrada otra de sus canciones, tienes buenos gustos entonces, te llamas Juancarlos, verdad?,sí así me llamaron mis padres y tú?, Isabel, suena a soledad, tú crees, ajá… qué edad tienes, eso no se pregunta, me echa una sonrisa sarcástica, y tú?, adivina, veintitrés, pues ni tanto menos ni tanto más. Tienes un buen gusto por maquillarte, tu crees?, sí, gracias, me pintó mi amiga Neyra, así… –era como si hubiera esperado ese momento- sí la conozco, creo que saliste a cenar con ella?, sí, pero hace mucho tiempo, nos estuvo contando algo, y dime alguna vez sentiste por ella algo, su pregunta me causo una intriga, es como si debiera contestarle con la misma pregunta, sí, un cariño fraternal… y ella por mí?, se quedo en silencio unos momentos, pues no sé, ahora está con tu amigo no es cierto?, ajá… así parece, y tu novio?, me vez acaso con algún anillo, me muestra su mano y empieza a reír, ah, disculpa es que pareciera como si tuvieras pareja, por qué dices eso?, porque cómo alguien como tú no puede tener, si por eso estoy en busca, ah y dime desde cuando te conoces con Neyra?, desde hace mucho, así? Y de dónde?, del colegio, aya… entonces eres su mejor amiga?, algo así, pero ella para mi sí es mi mejor amiga, que bien, y ella qué edad tiene, ya te dije que la edad no se pregunta, nuevamente se echa a reir, ah.. disculpa, pero le echo veinte, casi, veintiuno, ¡no te diré su edad!, disculpa pero no te molestes, no me molesto, me echa otra sonrisa, y tú qué haces, estudio, y qué carrera estudias, estudio enferm… . hablamos largo, tratábamos de conocernos. Después de dos horas promedio, el alcohol se me había subido un poco, los besos se regaban en los grupos, por mi parte, aún estaba indiferente a todo, la chica parecía divertirse, cantaba las canciones si no íbamos hablando. Después de una rato, salieron al baño Isabel, Gimena y Neyra, justo allí Carlos y Karola se marchaban, salieron abrazados, al regresar Neyra se me acercó, Hola Juanca, por qué tan sobrado?, no soy sobrado es que no sé cómo hablarte, así… y de qué me quieres hablar, ah… de nada, y qué tal Neyra, qué me cuentas de todos estos meses que no nos vimos, nada, todo aburrido y tú?, pues pensando en cómo estabas, ay.. gracias, y qué tal con Paco, ah.. es mi amigo noma’, yo pensé que no era así, no, cómo crees, mira que ya se está poniendo celoso jeje; en ese instante suena una cumbia, vamos a bailar Juanca, no bailo, yo te enseño, no es que no sepa, sólo que no quiero. Me toma del brazo y me lleva a un pequeño grupo donde bailaban, seguido vienen Ismael con Gimena. Cuando bailábamos pude ver que Gimena estaba borracha o con las copas casi a notarse, a Neyra le vi sobria y sonriente, muy tranquila. Ismael estaba más sobrio que yo o no sé por que en instantes afirmo que estaba mareado.

Al sentarnos todos volvimos a nuestros lugares, el día había concluido y ahora empezaba la madrugada, muchas mesas fueron abandonadas, quedaban como cuatro. Allí Neyra me miraba más sinceramente. Después de poco rato se retiraba Beatriz e Isabel, nos quedamos Ismael, Gimena, Neyra, Paco y yo. Para allí no sabía si quedarme, también el dinero que nos restaba era muy poco. Cuando empieza la música de Mana, me dirijo a la barra a comprar unos cigarrillos y otra jarra, allí pude observar a Paco y a Neyra discutiendo; al llegar volvió el silencio, Neyra se alejó de Paco y se sienta en el sofá, al lado de mi, no te olvides que te debo un regalo, me dijo tomándome suave de las manos y soltándolas al instante. Entonces Paco se me acerca y me dice al oído, me debes una, sonó a burla pero lo vi serio y seco, después de terminar la jarra Paco le dice algo a los oídos de Neyra y ella le contesta indiferente, después de otras palabras de paco ella le contesta en seco, ¡no jodas!, Paco entra al baño y luego se despide, al darle la mano me observa fijamente, se ríe él solo y se va. Entonces nos quedamos Ismael, gimena, Beyra y yo. Pedimos otras dos jarras, fui yo el que las compro, justamente tocaba Enrique Burbuni, al regresar Ismael me dijo al odio, vamos a mi casa, allí terminamos, mis viejos regresan el miércoles, ajá…. Vamos pues; le conté la idea a Neyra y le pació muy buena. Terminamos las jarras, salimos y caía una pequeña lluvia tomamos un taxi, Ismael dijo la dirección, acordaron el precio, subió primero Ismael y Gimena, luego Neyra y yo. El taxista dio primera y avanzamos, se escuchaba las risas de Gimena, fue cuando nuevamente rompió el silencio Neyra, tus manos están frías, sí, así parece, las tomo y yo la apreté fuerte, ella me correspondió, se me acercó al oído, no te olvides que te bebo un regalo, y entonces me sentí un calor en el vientre.

Al llegar a la casa de Ismael, entramos, el cuarto estaba frío, las paredes eran de ladrillo, el cuarto era amplio, con una cama destendida y vieja, el piso de cemento y sucio, una mesa dónde estaba alborotadas unos libros y hojas escritas. Luego de diez minutos de silencio Ismael aparece con Una botella de ron, gaseosa, una radio y discos, la casera se demoró en abrir. Le ayudé a cargar el bulto, hicimos un espacio en la mesa y acomodamos todo. Primero pusimos Mana, terminamos los cigarrillos en la mitad de la primera botella. Nos contábamos chistes, callábamos, luego entendí que estaba completamente mareado. No quise tomar más, observé a Neyra como yo, se dio cuenta que la miraba, se paro de la silla y me beso. Ve al cuarto del frente, empujas nomás la puerta, me dijo Ismael, traté de mantener el equilibrio y justamente terminaba el disco de Mana, es buen disco dijo Neyra, mientras caminábamos de la mano.

La bese por largo rato, exploré con las manos todo el cuerpo, su olor a perfume y a cigarrillos, su aliento a alcohol, sus gemidos suaves. Me empujó a la cama, la luz de la ventana hizo que no me pierda ni un detalle, sus cabellos estaban desordenados, sus ojos de pez brillaban, tenía un lunar en el pecho izquierdo, me quito el polo, tienes pecho de gato, dijo, la abrase, la hice hacia mi y… después de unas horas desperté, ella estaba a mi lado, la vi como su madre la trajo al mundo, dormía profundamente, me fui al baño, me lave la cara, la cabeza me dolía. Volví al cuarto, al cerrar la puerta ella se despertó con un largo suspiro, se cubrió con la frazada, la saludé con un beso el cual ella correspondió, qué hora tienes, a ver, busqué en mi bolsillo el celular, son las nueve, ¡pucha!, me acosté al lado de ella, callamos un rato, esta vez rompí el silencio, qué dice la cabeza?, me duele bien feo, me imagino, ven, me acerqué como me pidió, me dio un beso, ¿qué piensas de mi?, no sabía qué contestar en ese instante, supongo que estamos, le conteste y ella volvió a sonreírme. Nos vestimos en silencio, hubo uno que otro beso más. Nos despedimos de Ismael que todavía dormía. A las seis en la iglesia, está bien, conteste.

Otra de las cosas triviales son las relaciones cortas y de lo mucho que uno aprende en ellas, aparte está el compromiso de los esotéricos, que siempre se esconden en estas figuras. Neyra era de esas chiquillas que no se frenaron pero que nunca pudieran ser otras, pues su mutación sólo era una forma de camuflar una personalidad que ella misma rechazaba. Al vernos en la tarde me cogió del brazo como lo hacía Mirta, entramos a la iglesia y reíamos demoníacamente para llamar la atención, nos vieron como si nos botaran, caminamos y fúmanos un poco, desde la madrugada no había bajado la neblina y en los carros el parabrisas no dejaba de agitarse. Fuimos a cenar al mismo lugar y le acompañé a su misma casa por la misma dirección de siempre. Llegamos a su puerta y me invitó a entrar. Su cuarto estaba pintado con un celeste fuerte, en una cómoda estaba unas fotografías y sus cosméticos; en otra mesa había libros de autoayuda, el cuarto en un orden militar, me quedé hasta el día siguiente.

Supuse que sería una relación formal, después de las clases nos encontrábamos siempre en el lugar de nuestra primera cita, de vez en cuando tomábamos alguna jarra en el bar de siempre, ella trabajaba cobrando deudas de una institución. La primera discusión fue un día que la plante por el examen de sociedad, y luego de dos meses, y luego de muchas jodidas de todos, y luego de una semana de alejarme y luego de un viaje de cinco meses aún estábamos, pero las cosas cambiaron, pedí terminar de la manera más formal posible, y ella aceptó sin mostrar ninguna emoción, es una esotérica pensé al principio, Carlos aún estaba con Karola, se le notaba que volaba en los aires por lo enamorado que estaba. Esa noche que paso todo fue el cumpleaños de una compañera de clases, acudimos Fiorela, Mirta, Marco, Samuel, compañeros de clases; evadí el bar, donde supuse que talvez iría Neyra, fuimos a otro, estaba distraído por la decisión que había salido, ya que el viaje que se venía era largo y talvez duraría años, era obvio que a Neyra le haya sorprendido mi decisión, puesto que nadie pudiera cambiar de habitación en un instante. Habíamos decidido estar sólo un momento, Mirta aún parecía que se fijaba en mí. Cuando repentinamente Observe entrar a Neyra, con todas sus amigas, ella estaba tan Ebria, como nunca antes, se acerco a la mesa, pensaba que me pediría para hablar pero de un jalón y en un instantes contemple a Mirta en el suelo, atacada por Neyra y sus amigas, incluida Karola.

No pude hacer absolutamente nada para comunicarme, me cerró las puertas todas las veces que iba a darle una explicación a Meyra, el día del viaje deje bajo su puerta una nota donde explicaba el por qué de la rumpura argumenté diciendo: viajo por dos años. A Mirta ya se le había cerrado la herida y aparecido una cicatriz en forma de gusano en el brazo, nunca supo que la discusión fue por mi. Ese día después del ataque Neyra me vio a rabiar y se alejó, como vino. A la media hora recibí una llamaba y era Neyra misma, me pidió para vernos y fui al instante. Hablamos poco, sus ojos no tenían ni pizca de pintaojos, cuándo te vas, hoy, a las nueve de la noche, bien por ti, eso creo, y si también voy, pero cómo harías eso, es que quiero empezar un negocio y dedicarme de lleno a él, por qué quieres seguirme, no losé, ajá… eso depende de ti, entonces te caigo el Martes, está bien, dije, y esperé los cuatro días, hasta que llegó el martes, y luego esperé el miércoles, y luego una semana y luego dos y lueg…, así hasta el final del primer año...

Al llegar la vi más gruesa y con nueva facha, sus ojos eran los mismos, pero sin nada de rubores, entonces descubrí que sus labios eran como los de un pez. Me reconoció al instante, hola Juancarlos, hola Neyra, ¡Neyra no, Lucía”, perdón, … fuimos a sentarnos en un café, me había caido un poco el cabello y le conté mi nuevo apodo: calendario, por que tengo la calata arriba, jaja…, pasaron tres años largos, sí, contesté y me di cuenta que esos tres años fueron triunfantes para ella.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Si porsicaso.



Si, porsiacaso


en la resaca de tu naufragio me veas sentado pensando:


el tiempo que hemos perdido ambos


sería mejor alejarte y dejarme con mis ojos metálicos.



Si, de vez en cuando


cargue en la alforja el dolor de ambos


y me veas inclinado (soportando)


sería mejor que no me detengas y me dejes sudando



Y si por cargar ese dolor de ambos


quieras quererme tanto,


te digo que es mucho teatro


actuar improvisados y sin escenario.



Si, en tantos esfuerzos por olvidartese me haya ido la imaginación


y aparezca en la calle preguntando tu nombre


te digo que sería mejor que te ocultes


como si algo de mi hayas hurtado



Es que suena tan fácil pedir tiempo a nuestra relación


que yo en instantes puedo volar



Si, algún día te aventures a buscarme


y el “X” desaparezca del mapa no te pongas a llorar y,


si porsiacaso pasa eso


talvez el guión termine con mi repentina aparición.



Y, si en algún momento


sientas que es tarde


y me recrimines por la demora en ir a buscartete


diré que fue la casualidad la que nos fijo el lugar


y que hace tiempo dejé de extrañarte.

martes, 11 de diciembre de 2007

Carta de un taxista.















Es tan hermoso correr por esta autopista, llevar a alguien por algún lado y verte parada allí todo el día, con tu falda lenta. Como de vez en cuando, nos damos nuestros arrebatos de una hora en algún lado como en ese hostal viejo, o ver el atardecer utilizando tus muslos de almohada en algún parque descampado.

Es tan vergonzoso, a veces, aceptar que te amo, cuando alguien me fastidia. Y me dan ganas de gritar y golpear al hombre que se te acerca y la luz roja del semáforo me obliga a imaginarte desnuda nuevamente, siendo cómplice de lo que haces… para luego, cuando supuestamente voy a fiarme de tus servicios, después de salir de restaurad no poder decirte nada. Y en la cama, al verte simplemente callar.

Como ese día que parecías avergonzada de tus dientes separados. Tampoco pude decirte algo para que tu vergüenza no crezca. Luego tratar de entender que lo que siento no es amor sino verte como una diversión, como cuando ese día te vi con el top roto y ensangrentado; me desesperé, pero no te dije nada. Como una vez paso: cuando te conocí. Un hombre regordete tomo el taxi, cuando te vi subir no dejaba de verte por el retrovisor. Ese día sentí que te conocía desde toda la vida. Por eso es que te espere salir, rechazando pasajeros y sabes bien como está la situación del país. Como una vez que intentaste sorprenderme con ese tu mal ingles, yo reía a carcajadas y tu callabas avergonzada. Pero te veías linda con eses tus ojos condenados a verse tristes, como ese día, con tu olor a sexo que tratabas de borrarlo… te veías linda. Como cuando te veo celosa sin sentido, insultándome y mordiéndome los labios o cuando una bofetada me hace entender que no tienes ganas.

Pero es hermoso, verte siempre con tu falda lenta, que me veas y sonrías, que te parezca guapo. Talvez será por eso que te amo.

domingo, 9 de diciembre de 2007



Es triste,

verdad que es triste

Verte pasar y que no me mires,

es triste verte sentada en las bancas del parque esperando a alguien.

-el paisage se entristece en ese momento, de verdad que pasa eso-

te digo que la soledad se viene con espirales a envestir con cada recuerdo

y se cortan las ganas de vivir o de querer estar feliz.


Es triste, verte pasar con alguien

y que no me mires,

pasa que quiero seguirte,

pasa que quiero llorar

-a veces- de verdad pasa eso.


Hay días que quiero huír de ti,

que quiero volverme desertor de mis recuerdos

hay días que quiero olvidarme de que que vivimos juntos un momento

pero es triste vivir sin ti, de verdad pasa eso.


Es triste, de verdad que lo es y no te miento,

por que sabes que no puedo jugar tu juego

ni tampoco aceptar que pierdo.


Es triste prosar un verso,

-a tu nombre-

es triste no olvidar que te quiero ni por un momento.



Es triste, ver que el tiempo nos consuma en su negrura,

pasa que aún no te olvido,

pasa que te veo y no me siento vivo

de verdad que es triste,

de verdad pasa eso.


Es triste, ver que el viento juegue con la hojarasca y tus cabellos...

y ver como pasa el tiempo. De verdad que es triste...

He tratado.

He tratado de maniobrar los colores la cordura en una habitación,
he tratado de lavar con sangre a la imaginación,
de cazar al viento,
de robar un suspiro a los sueños, que
con silencio se despedazaban secretos.

He fracturado los pedazos muertos del tiempo,
en donde los grandes momentos huían como suspiros al cielo.
He desertado por tanto tiempo de mi cuerpo,el que creía muerto.

He abandonado el camino donde los gritos
destrozaban los oídos en donde los proxenetas me comieron a besos.
He peregrinado, he volado devastando las injurias de la soledad donde bebimos hasta embriagarnos de su sortilegio,
donde el juego de retar al péndulo me impulso a elevar el vuelo.

Logré ver desde lo alto, con la piel rasgada por los mordisco
de la carcajadadonde un hexágono impulsaba sus aristasdonde
el cada atardecer perdía sentido para la vida.

Hasta que he llegado al punto,
donde todo comenzópara terminar de escribir mi guión.
Para poner un punto final.