domingo, 4 de mayo de 2008

Estrecho.

Me agrada dar pinceladas en las calles

cuando contemplo relojes con cristales rotos y viejos;

me agrada venirme mariposas,

cuando se sabe que el domino te da la contra.

Cuando por ser azabache,

quieren tratar de cincelar mi eje,

cuando remo como un esclavo por avenidas,

donde duermen perezosos los gatos.

Me agrada contemplar los espirales,

que se revuelcan

el los ombligos, y eses dolor

regale el pudor al alma.

Y por ser cortes, el sol agite su cresta

o por cruel la estire hasta cortarme.

Cuando se sabe y se calla cuando vemos que Dios se ríe de la rutina

y yo como bueno quiera alcanzar las golondrinas. O, en los espejos

de las calles me vea sumergido de nubarrones y pasos lánguidos.

2006

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