Mi vida es un pasaje de confusas avenidas,
de sonrisas fingidas, donde
un hombre gris duerme
con algunos sueños fracturados
y se esconde bajo cielos y soles oxidados.
Hay momentos
que me espanta los reflejos;
hay tardes
que el asalto me socava
y huyo a esconderme en algún rincón bermejo.
Sin embargo, en ese mi aleteo
de buitre, de cisne ciego
encuentro laberintos espesos
que me hacen temblar
cual gotas de metales.
Mi vida de compañías,
de brisas
de jirones rotos, todos juntos y mi escombro.
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