lunes, 5 de enero de 2009
Se ha marchado junio...
Se ha marchado junio
como un aire ligero
o de repente guarde
su pecho
la hora de su regreso.
Qué será de las aves
las que dormitaban en su copa;
o del carmen que hoy
son rocas rojas.
Se ha marchado el recipiente
de mis lágrimas,
sin buscar el sur;
y se fue, como dije…
Así de ligero.
Conforme de murmullo
de una huella a la que he arrojado
y algún manantial
donde ebrio de sueño
he soñado.
Hasta empaparme de noche
como el mar de un ciego.
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