viernes, 12 de diciembre de 2008

Vientre de María.

Reconoce tu vientre
en el polvo, madre
por quién sabe. O
el ángel caminante,
que te ronda.


Hay en esta noche
lluvia
y en el corazón transeúnte
una noche buena, que parece otra.


Hay en estos siglos
luciérnagas que te acechan,
mas de tu mirada esquiva
un hijo, Dios mío,
que desde dosmilaños puja.


No sé, madre mía,
quién empuña mi alma
como a una espada.
De esta noche buena
Bajo mi frazada.

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