A Crishell shachenka Ortega.
Como dos extraños nos miramos,
como dos extraños.
Sin mostrar emociones;
bajo el farol perverso del orgullo
como extraños nos miramos.
Talvez se ha olvidado de los junios largos
y las calles con su nombre y mi nombre.
Talvez ya no piensa
en el paraíso de horas
que me ha regalado.
Sin más ni más cruza perversa bajo el perverso faro,
y yo, tengo que seguir el juego
esperando a que salga un punto bueno en el dado.
Talvez compartimos esta estación de duelo
y sin querer jugamos a mirarnos como dos extraños.
sábado, 29 de marzo de 2008
Talvez
Talvez haya más bravura en tus brazos,
talvez este viernes sea largo
y llueva más domingos en mis ojos.
Talvez se carguen las piedras de enero
en los caminos rústicos
y caigan palomas púrpuras a nuestro lecho.
De repente acaricie tu sien,
de repente me aferre a mi honda,
talvez juguemos un rato con el remolino del prado.
Pero que haya caracoles dormidos
en nuestro jardín de duelo,
que haya vientos suaves y vuelen nuestros suspiros.
Que se pierdan tus ojos si me vez extraña,
que caigan mis manos si te enfermo en un verso
y que esta tarde sea sólo nuestra, esta tarde frialarga.
talvez este viernes sea largo
y llueva más domingos en mis ojos.
Talvez se carguen las piedras de enero
en los caminos rústicos
y caigan palomas púrpuras a nuestro lecho.
De repente acaricie tu sien,
de repente me aferre a mi honda,
talvez juguemos un rato con el remolino del prado.
Pero que haya caracoles dormidos
en nuestro jardín de duelo,
que haya vientos suaves y vuelen nuestros suspiros.
Que se pierdan tus ojos si me vez extraña,
que caigan mis manos si te enfermo en un verso
y que esta tarde sea sólo nuestra, esta tarde frialarga.
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